Ya lejos de tu invierno blanco y cruel,
del frío que provoca tu mirada.
Ya lejos de tus sábanas, tu almohada,
Del roce de tus labios por mi piel.
Ya lejos del compás de tus latidos
Que un día me arrullaron en tu pecho.
Ya lejos de tu blando, ardiente, lecho,
De un te quiero encerrado en tus gemidos.
Ya lejos del manto suave de nieve
Que alfombra tus helados movimientos.
Ya lejos del murmullo quedo y leve
De tu risa apagada por mil vientos.
Ya lejos, ya muy lejos, donde llueve
Por tu amor en lágrimas de ojos lentos.
jueves, 3 de julio de 2008
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