Un plomizo cielo de escarcha y de cristal se vierte sobre mi alma, en pertinaz vuelo hacia tu imagen. Mientras, el Mundo, absorto en su incesante deambular de hormiga, revolotea inconsciente, triste mariposa moribunda, ante el reflejo de amor que se dibuja frente a tu fría mirada de rucio desdichado.
Un cielo gris y de escarcha
se derrama sobre mi alma
mientras tu vida se marcha
hacia un remanso de calma.
Y el mundo absorto, inconsciente,
en su deambular de hormiga
se olvidará impertinente
de la hora de tu partida.
viernes, 28 de septiembre de 2007
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