lunes, 3 de septiembre de 2007

Consideraciones de Bárbara y Julián acerca del paisaje

Creo que el mayor problema al que se enfrenta el propio paisaje, es indudablemente la ignorancia humana. Ignorancia obviamente mal utilizada por el común denominador de la población para no valorar correctamente lo que el término paisaje realmente supone, y al mismo tiempo aprovechada por la avaricia de unos pocos para hacer sobre él, lo que se les antoje. El paisaje es un término amplio, no bien definido o con demasiadas acepciones, según se mire. Es algo que "está ahí". Y que según la mayoría, siempre "ha estado" y siempre "estará". Son dos problemas por tanto a los que hacer frente. El primero dar a conocer, a una sociedad que en general prefiere no saber, qué es el paisaje, con todos sus elementos sus interacciones y su importancia. El segundo sería mostrar al mundo que no siempre "ha estado" y se seguir así no siempre "estará" tal y como lo conocemos. Me explico, enseñar una serie de aspectos teóricos al mismo tiempo que abrir los ojos a una población que se empeña en mantenerlos cerrados. Pero, ¿qué se espera de una sociedad donde la presidenta española de campos de golf alega que estos atentados contra el pasaje son ecológicos porque ella visto que "vienen los patos"? Es triste, efectivamente, que como sociedad no nos demos cuenta de lo que estamos perdiendo cuando ya está prácticamente perdido. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver, y ante eso, estamos perdidos.

Bárbara


He aquí mis propias movidas sobre el paisaje como ecosistema:Vivo en una zona rural tan antropizada que es imposible no tener en cuenta el paisaje como escenario de las andanzas humanas. Es una región de pequeños propietarios, sobre todo. Todos los agricultores que conozco son conscientes de que "el campo hay que cuidarlo" entre todos y de que el paisaje cambia con el tiempo (lo han visto cambiar desde pequeños) dependiendo de lo que uno haga con él. Comprenden lo que es mejor para mantener el patrimonio natural (sacar poca agua de los pozos, respetar la vegetación de las lindes, no arar los caminos, no utilizar biocidas...), pero casi ninguno lo hace porque quieren sacarle más dinero al campo. Al igual que los grandes propietarios, al igual que ya hicieron las primeras sociedades agrarias en Mesopotamia, en realidad lo que hacen es sacrificar patrimonio en aras de la codicia. Pero además de una codicia ruin (hay mucha gente que ara un camino o una linde para poner diez o quince cepas más) que saben que les traerá pan para hoy y hambre para mañana. Eso les da igual. Por eso, Bárbara, más que educar para que la gente sepa cómo comportarse con el paisaje (que ya lo saben la mayoría), yo me plantearía qué hay que hacer para que la gente tome conciencia de que no da lo mismo actuar de cualquier manera. Es decir, yo veo de fondo un problema ético: la mayoría de la gente que esquilma recursos naturales lo hace teniendo plena consciencia de que están actuando mal. Se excusan a menudo recurriendo a dos cosas: que hay que vivir (y les falta decir: a costa del futuro) y que da lo mismo, que un grano de arena no hace una montaña (y les falta decir: me entreno para tener cada día más anestesiada mi conciencia ciudadana).

Julián

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