Como ligera avecilla que canta
así eres tú de frágil, dulce, amada.
Y no encuentro una tal belleza dada
en reinas, princesas, damas o infantas.
Como la brisa en noche de verano
así eres tú: fresca, ligera, suave.
Gran privilegio es ser yo quien te alabe,
quien te bese y te coja de la mano.
Como el ardiente sol que me ilumina,
como refrescante lluvia que cae,
como un brillo, un eterno resplandor,
como la mano de Dios, que es divina,
y los gozos y penas al par trae,
así eres tú en mi vida, ¡dulce Amor!
martes, 25 de diciembre de 2007
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