Verdes campos ornados de cebada
y adornados de rojo en primavera;
pardos montes, agria sierra que es majada
del rebaño de tu alma: Javalera*.
Amarillo girasol es el sembrado
de tu pecho estival; un gris olivo
retorcido, solo, yerto y olvidado
se levanta contra el cielo azul, altivo.
Sombra de olor a lavanda y tomillo
de un rebaño de aliagas que sestea
bajo Apolo vestido de amarillo.
Altomira de quejigos y de oteros,
atalaya de caminos que serpean,
y se pierden, por el páramo pechero.
*Escribo Javalera en honor a la grafía original.
Jabalera, 17 de agosto de 2007
martes, 21 de agosto de 2007
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