viernes, 24 de agosto de 2007

Respuesta al comentario de Bárbara

Desde luego, se puede decir más alto pero no más claro. Estoy absolutamente de acuerdo contigo, casi punto por punto, y mi discurso coincide habitualmente con el planteamiento que has hecho acerca de la sociedad actual. No hay duda de que vivimos alienados bajo los efectos narcóticos de la televisión, de los medios de comunicación en general. Medios que, desgraciadamente, están manipulados por gente sin escrúpulos y con intereses muy claros. A saber, obtener el mayor beneficio económico personal sin que nadie se desmande, se salga de regazo calentito que supone la majada social en que vivimos.

Como tú bien dices, es sorprendente ver cómo la sociedad española valora el terrorismo como uno de sus principales problemas. No digo que carezca de importancia, pero es rastrero que un grupo de demagogos sin escrúpulos se estén aprovechando del principal arma y más efectiva que existe en las sociedades occidentalizadas, el miedo, para desviar la atención de temas realmente importantes como la destrucción del medio ambiente, el agotamiento de los recursos, la contaminación de las diversas esferas de las que depende la vida, incluida la nuestra, e incluso de aspectos quizá más evidentes para el ciudadano de a pie y sin formación académica específica como la violencia de género o los accidentes de tráfico y laborales.

De lo que no hay duda es de que vivimos en una sociedad enferma, improductiva y sin valores que se precipita casi sin remedio al primitivismo social y mágico precisamente por su fe ciega en algo tan racional y cognoscible como son la ciencia o la civilización. Me inquieta sobre manera, pero no por eso tenemos que volver la vista hacia otra parte asumiendo inconscientemente que ojos que no ven corazón que no siente. La caída de la civilización occidental está cerca por principios puramente físicos como son los energéticos y bien conocidos en el mundo de la ecología como la capacidad de carga de los ecosistemas. De nosotros depende que sea suave, pensada y estudiada o que sea estrepitosa e incontrolable. De lo que no hay duda es de que, desgraciadamente, nos tocará verlo. Y sino, tiempo al tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola usuarios de tamaño blog, ante vuestros interesantísimos comentarios me he animado a poner algo mío también. Terrorismo... Como todo, si lo sopesamos objetivamente tiene su importancia y no se la quita el aludir a los numerosos síntomas de apocalipsis que muestra el sistema en que vivimos. Es importante que exista una organización fundada para asesinar inocentes en pro de la independencia de un cacho de tierra de la península ibérica, y que lleven ya unos mil muertos y varias décadas. Es importante porque vulnera salvajemente los derechos humanos más elementales, y porque los debates territoriales de la historia reciente de nuestro país hacen que lo sea. Por eso creo que se merece una atención mediática. Atención, no exceso de atención con tintes demagógicos, como evidentemente se ve demasiado a menudo. Podría ponerme a enlazar el asunto del terrorismo con todo el síndrome de degeneración apocalíptica que muestra nuestro sistema, pero... ¿no es eso perder de vista el asunto principal de este post?

(Off topic: esta mañana he visto un documental sobre la guerra de las Galias, y me he planteado hasta qué punto puede ser humanamente perfecta una sociedad sostenible. Luego he pensado que los babilonios, hace milenios, aseguraban que la civilización estaba en decadencia fulminante por culpa de la inconsciente juventud. Después me he acordado de vosotros dos y se me ha ocurrido que la sociedad no está diseñada para gente muy inteligente. Lo queramos o no, está hecha a la medida de la mayoría, que, por la definición de inteligencia media, tiene... una inteligencia media.)